La radiación emitida debido al desastre nuclear registrado en el 2011 en la central japonesa de Fukushima, ha sido detectada en las costas de América del Norte, aunque los niveles registrados hasta la fecha no suponen una amenaza o riesgo para la vida humana. Las pruebas que han sido llevadas a cabo, colectaron cientos de muestras de las aguas del océano Pacífico, y la gran mayoría ha confirmado que la central nuclear de Fukushima sigue filtrando elementos químicos y moléculas radiactivas hasta cuatro años después del incidente.

Trazas de cesio-134 han sido detectadas a varios cientos de kilómetros de las costas de la ciudades norteamericanas de Óregon, Washington y California, así como de la isla de Vancouver en Canadá. Otras moléculas, como el cesio-137, un legado radiactivo de pruebas nucleares, llevadas a cabo hace más de 40 años, entre las décadas de los cincuenta y los setenta, ha podido ser detectada en las muestras actuales, muestras que han sido tomadas por la Institución Oceanográfica Woods Hole.

«A pesar de que los niveles de contaminación en nuestras costas siguen estando muy por debajo de los límites de seguridad declarados por el Gobierno, el cambio en los valores apunta que se debe hacer más para vigilar los niveles de contaminación en el Pacífico», ha mencionado Ken Buesseler, un radioquímico marino perteneciente al grupo de la institución.

Advertencia: Radiación de Fukushima llega a Norteamerica

En 2014, la institución de Woods Hole ya había informado de niveles de radiación presentes a unos 160 kilómetros de las zonas costeras cercanas a California, y en abril de 2015, se detectaron niveles de radiación en las costas de Canadá. Los últimos datos que han sido tomados, confirman que esta radiación se extiende por más de 1.600 kilómetros.

A pesar de que el accidente nuclear en la central de Fukushima no provocó víctimas mortales de forma directa, sí afectó a la vida de miles de personas, las cuáles se vieron en la necesidad obligatoria de abandonar sus casas y pasaron a vivir en situación precaria. Además de esto, la radiactividad dejó un rastro importante de contaminación en la ciudad y también en las zonas que se encontraban cercanas a la central, aunque la contaminación ha ido remitiendo con el paso del tiempo. El número de evacuados por causa del terremoto y el tsunami que ocurrió en el país asiático de Japón, superó los 420.000 en 2011, el año del accidente. A principios de 2015 esta cifra se ha visto reducida a menos de 240.000, ya que durante estos cuatro años, se han podido reconstruir más de 120.000 viviendas.