El mar Mediterráneo es uno de los puntos turísticos más populares del mundo según la United Nations World Tourism Organisation: el año pasado, más de 202 millones de turistas llegaron a la región, y por supuesto muchos se dirigieron directamente a las playas. Se espera que esta cantidad crezca en 3 millones cada año para 2030.

Científicos reiteran que los peces no necesitan protector solar

Dada la gran cantidad de gente en las playas, muchos recurren a los protectores solares para proteger su piel y evitar así ciertas enfermedades. Un nuevo estudio indica que muchos tipos de protectores solares forman peróxido de hidrógeno cuando se encuentra en el océano y entran en contacto con los rayos UV del Sol. El peróxido de hidrógeno es capaz de matar o dañar el fitoplancton, y si el fitoplancton se encuentra en problemas entonces gran parte de la cadena alimenticia marina también tiene problemas. Una buena cantidad de especies, desde ballenas hasta camarones, consumen el fitoplancton para poder sobrevivir, manteniendo el ecosistema marino en equilibrio.

El uso de protectores solares es una de las formas más populares y efectivas de evitar ciertas enfermedades de la piel relacionadas con la exposición al sol, pero lo cierto es que muchos de estos no se llevan muy bien con el medio ambiente, de hecho los estudios sugieren que hay algunos productos que deberían ser marcados como sustancias dañinas para el mismo.

Puede que no lo parezca, pero cuando la gente entra al agua y lleva una de estas lociones puesta, parte de la misma es liberada, y se estima que aproximadamente 5.000 toneladas métricas de estos productos son liberados en el océano cada año. El hecho de que el mercado de los protectores solares esté creciendo un 7% anualmente desde hace 5 años no es un muy alentador por supuesto, si tenemos en cuenta el impacto de estos productos y sus pocos beneficios para la ecología.