El Gobierno Andaluz, aprobó este martes, una nueva estrategia energética en la ciudad como objetivo para el año 2020. la misma, establece las bases políticas para la Junta en ahorro y eficiencia, fomento de los renovables y desarrollo de infraestructuras con estas características. Este documento, plantea entre otros objetivos, comenzar a aportar la energía con fuentes renovables en un total de un 25% del consumo final bruto (el cuál actualmente es de un 19,5%) y poder reducir un 30% las emisiones de dióxido de carbono (CO2) asociadas con respecto a los niveles previos a la crisis económica.

En la rueda de prensa que se realizó luego de la reunión del Consejo de Gobierno, el consejero responsable de las secciones de Economía, Empleo y Comercio, José Sánchez Maldonado, ha explicado la estrategia. Se necesitan de realizar cinco objetivos para que la ciudad de Andalucía ocupe una situación de referencia energética local y regional en las regiones europeas. Además de aumentar la producción de energía limpia, también es importante aumentar la calidad del producto, y este es otro de los objetivos fundamentales planteados por este Consejo.

Andalucía intenta aumentar su producción de energías limpias

En Andalucía, se contabilizan actualmente más de 6.500 empresas vinculadas a la producción, distribución y tratamiento de la energía, de las cuáles casi 1.500 desarrollan su actividad en el ámbito de las fuentes energéticas renovables. Además, la tasa de empleo brindado asociado con este campo, supera los 110.000 puestos, el cuál el 41% directos.

En el primero de estos aspectos a mejorar, Andalucía ha logrado un avance reduciendo la intensidad energética primaria. Con esto nos referimos a que para generar la misma «riqueza» energética, la región necesita de un 5,1% menos de energía, lo que indica un gran avance en eficiencia de la región y en mejora en la competitividad entre las empresas.

Con respecto a las energías renovables, el 38,8% de toda la potencia eléctrica proviene actualmente de fuentes limpias renovables, como el sol, el viento y la biomasa local, los cuáles a su vez, suponen el 40,4% de la energía eléctrica que consumen los ciudadanos andaluces. En el consumo de energía primaria, sus aportaciones representan un 20,1% (5,5% puntos por encima de la media estadística en España). Con esto, se ha logrado reducir un 43% de las emisiones de dióxido de carbono o CO2 por cada unidad generada eléctricamente y producida en estos primeros catorce años de la década.