Puede que no lo parezca a simple vista, pero los lobos tienen un importante impacto sobre los ecosistemas, y por tanto también son importantes para la ecología. No solamente son buenos para mantener en niveles óptimos la población de los animales que cazan: son capaces de influenciar directamente en la forma de vivir de muchos herbívoros, obligándoles a buscar nuevas zonas para comer. Mientras tanto, las zonas viejas empiezan a recuperarse: los árboles y plantas crecen, permitiendo que otras especies los usen como refugio, como es el caso de pájaros, conejos y castores por ejemplo. Todo esto, por supuesto, afecta al funcionamiento del ecosistema, surgiendo una mayor cantidad de nichos ecológicos para más especies. Todo gracias a los lobos, un depredador a menudo menospreciado.
En el video de abajo pueden echar un vistazo a la cadena de eventos que ocurrió en el Parque de Yellowstone, en Estados Unidos, luego de que los lobos fueran reintroducidos tras 70 años de ausencia.
Pero no son solo los lobos la única especie importante. El resto de los depredadores también lo son, ya que son los que ayudan a mantener un equilibrio en la naturaleza, la cual lamentablemente no está en perfecto balance debido a un factor en particular: el ser humano.