Los conocidos renos, que para los niños son los encargados de tirar del trineo volador de Papá Noel, están en problemas. En las regiones del norte donde se suelen encontrar, las poblaciones de renos han comenzado a disminuir, y se estima que su población mundial ha decaído en un 60% durante las últimas tres décadas. La causa principal de esto sería el cambio climático y la destrucción del hábitat de esta especie debido a las actividades humanas, como por ejemplo la tala de árboles en Finlandia.
Los cambios en las temperaturas, que se sienten más en las zonas cercanas a los polos, son quizá el principal problema de los renos. La primavera ha comenzado a llegar antes y esto hace que las plantas crezcan antes de la llegada de los rebaños migratorios, lo cual deja a las madres y crías sin alimento de calidad. Los veranos más cálidos hacen que los insectos estén más activos, lo cual molesta a los animales, sin mencionar que algunas especies también se comen sus plantas. Eso no es todo, porque la caída de una lluvia fría en lugar de nieve afecta a los líquenes de los cuales los renos se alimentan en invierno.
Investigaciones realizadas por la Universidad de Beijing indican que la población de renos en este país (China) también está en peligro. Se estima que desde los años 70’s la cantidad de ejemplares ha disminuido en un 28%, y hoy en día quedarían menos de 800 individuos en la nación.
Los renos migraron inicialmente desde China hacia Siberia hace unos 2000 años junto a la tribu Ewenki, quienes durante mucho tiempo se dedicaron a su cría. La relación de esta tribu con los renos es similar a la que los nativos norteamericanos tienen con el búfalo. Los Ewenki no domestican a los renos por completo, pero le brindan a los rebaños un sustento básico, tomando a cambio su carne, leche y piel.