Información dada por la ICAO (Organización de Aviación Civil Internacional, por sus siglas en español), donde plantean como solución ante las numerosas emisiones causadas por los numerosos vuelos hechos anualmente, es que sea implementado el uso de biocombustible con tal de hacer los vuelos equilibradamente más seguros para la naturaleza. Pues esa no es realmente una buena solución, ya que el que algo provenga de la naturaleza no significa del todo que a juro esto sea bueno para la misma.
Y es que para la elaboración de este biocombustible es necesario el aprovechamiento de grandes extensiones de tierras de cultivo, medio que solo sustituiría un muy pequeño porcentaje de la demanda mundial de combustible para aviones, lo cual se ha calculado que son unas 260 millones de toneladas, lo cual decae en un 5% de las emisiones dañinas para el medio ambiente.
“El fin justifica los medios” – esta es una frase que es transformada en ocasiones para hacerse en forma de pregunta, haciendo especial énfasis de que si realmente el fin de buscar algo por algunos métodos, carentes de cierto grado de ética, podría realmente llegar a justificar los medios por los que hubo que pasar en primer lugar.
El comercio certificado de CO2, o sólo certificado de carbono, es la manera en que el ramo de la aviación compra derechos de emisión, también mejor definido como el “derecho a contaminar”, para luego este dinero sea destinado a la protección del clima. Práctica muy discutida por los expertos en el área, de que si realmente estos proyectos sean verdaderamente positivos.
Uno de los miedos latentes en el corazón de las personas es que para la elaboración del biocombustible que tiene pensado utilizar en un futuro usen aceite de palma. La cual, para su producción se debe contar con extensiones de tierra para su plantación, pero bajo el costo de la deforestación de selvas tropicales, liberando luego de esa forma inmensas cantidades de dióxido de carbono a la atmósfera.
ICAO utiliza actualmente aceites vegetales de algas, madero y residuos como la materia prima para la elaboración del biocombustible. El problema para esta organización es que estas materias primas y la cantidad en que consiguen estas, no son lo suficientes para cubrir la demanda. Además, vuelos de prueba que se han realizado con este tipo de combustible han tenido como resultados de rendimientos muy bajos.
Por lo que se están llevando acabo peticiones para que la ICAO cambie sus planes sobre la producción de biocombustibles. Y es que habrá ocasiones donde la frase, a veces atribuida a Nicolás Maquiavelo otras a Napoleón Bonaparte – El fin justifica los medios – pueda sonar alentadora y desafiante, pero su opuesto en forma de pregunta pone en prueba nuestro grado de humanidad.